Crédito:Sociedad Química Estadounidense
Los enterovirus y otros virus patógenos que llegan a las aguas superficiales pueden inactivarse con el calor, la luz del sol y otros microbios, reduciendo así su capacidad para propagar enfermedades. Pero los investigadores informan en ACS ' Ciencia y tecnología ambiental que el calentamiento global podría hacer que los virus evolucionen, haciéndolos menos susceptibles a estos y otros desinfectantes, como el cloro.
Los enterovirus pueden causar infecciones tan benignas como un resfriado o tan peligrosas como la poliomielitis. Encontrado en las heces se liberan al medio ambiente a partir de aguas residuales y otras fuentes. Su subsiguiente supervivencia depende de su capacidad para soportar las condiciones ambientales que encuentran. Dado que se espera que la globalización y el cambio climático alteren esas condiciones, Anna Carratalà, Tamar Kohn y sus colegas querían descubrir cómo los virus podrían adaptarse a tales cambios y cómo esto afectaría su resistencia a la desinfección.
El equipo creó cuatro poblaciones diferentes de un enterovirus humano incubando muestras en agua de lago en matraces a 50 F o 86 F, con o sin luz solar simulada. Luego, los investigadores expusieron los virus al calor, simuló la luz solar o el "pastoreo" microbiano y descubrió que los virus adaptados al agua caliente eran más resistentes a la inactivación por calor que los adaptados al agua fría. Se observó poca o ninguna diferencia entre las cuatro cepas en términos de su inactivación cuando se exponen a luz solar más simulada u otros microbios. Cuando se trasplanta a agua fría, Los virus adaptados al agua caliente también permanecieron activos más tiempo que las cepas de agua fría. Además, resistieron mejor la exposición al cloro.
En suma, adaptación a condiciones cálidas disminución de la susceptibilidad viral a la inactivación, por lo que los virus en los trópicos o en las regiones afectadas por el calentamiento global podrían volverse más difíciles de eliminar mediante cloración o calentamiento, dicen los investigadores. También dicen que esta mayor resistencia podría aumentar la cantidad de tiempo que los virus adaptados al calor serían lo suficientemente infecciosos como para enfermar a alguien que entra en contacto con agua contaminada.