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El 1 de junio es el comienzo de la temporada de huracanes en el Atlántico, y con la previsión de que 2020 sea particularmente activo, los residentes de las regiones costeras están atentos al clima. Las inundaciones son a menudo el efecto más dañino de las tormentas tropicales, y puede afectar de manera desproporcionada a personas y ecosistemas vulnerables. Ahora, en ACS ' Ciencia y tecnología ambiental , Los investigadores estudian los impactos en la calidad del agua de dos huracanes recientes en Carolina del Norte y sugieren intervenciones para proteger las áreas susceptibles.
Los problemas de calidad del agua causados por las inundaciones pueden amenazar la salud de los seres humanos y la vida silvestre. El aumento de las aguas puede generar plantas de tratamiento de aguas residuales, alcantarillas sitios de desechos peligrosos, las tierras agrícolas y las operaciones de alimentación animal se desbordan, llevar contaminantes a las vías fluviales. Existen mapas de peligro de inundaciones para ayudar a mantener los hogares y las empresas fuera de las llanuras aluviales. pero los mapas no siempre son precisos. Danica Schaffer-Smith y sus colegas querían saber qué tan bien los mapas predijeron las inundaciones reales de dos huracanes recientes. También querían identificar las amenazas a la calidad del agua y encontrar oportunidades para mejorar la resistencia del área a futuras tormentas.
Los investigadores desarrollaron un algoritmo informático que, utilizando imágenes de satélite, áreas mapeadas en Carolina del Norte inundadas por el huracán Matthew en 2016 y Florence en 2018. Descubrieron que las inundaciones por huracanes ocurrieron más allá de las zonas de peligro de inundación mapeadas por el estado durante ambas tormentas. Cuando el equipo relacionó las áreas inundadas con las características socioeconómicas de las personas que viven allí, encontraron mayores impactos en las comunidades que tenían una mayor proporción de adultos mayores, gente con discapacidades, desempleo y casas móviles. Los investigadores mapearon muchas fuentes potenciales de contaminación del agua dentro de las áreas inundadas. incluidos los sitios de desechos peligrosos, descargas industriales, plantas de tratamiento de aguas residuales, y granjas porcinas y avícolas. Ciertas intervenciones, como la compra de tierras por parte del gobierno, restauración forestal o conservación de humedales, podría ayudar a disminuir los impactos de futuros huracanes, dicen los investigadores.