Durante una erupción:
* en el aire: Durante una erupción, la ceniza volcánica se expulsa a la atmósfera y puede viajar enormes distancias, dependiendo de la fuerza y la dirección del viento de la erupción.
* alrededor del volcán: Ash cae fuertemente en las inmediaciones del volcán, creando una capa gruesa en el suelo.
Después de una erupción:
* en el suelo: La ceniza se establece en el suelo, formando capas que pueden variar en grosor dependiendo de la distancia del volcán y la intensidad de la erupción.
* en cuerpos de agua: Ash puede caer en lagos, ríos y océanos, creando capas de sedimentos.
* en núcleos de hielo: Las cenizas volcánicas se pueden atrapar en capas de hielo, proporcionando a los científicos un registro de actividad volcánica pasada.
* en sitios arqueológicos: Las capas de cenizas pueden proporcionar evidencia de erupciones volcánicas pasadas, dando información sobre las civilizaciones antiguas y sus interacciones con los peligros volcánicos.
Otras ubicaciones:
* en museos e instituciones de investigación: Los científicos recolectan y estudian muestras de cenizas volcánicas para comprender los procesos y la historia volcánicos.
* en materiales de construcción: Las cenizas volcánicas se pueden usar en materiales de construcción como concreto y cemento.
Es importante recordar que las cenizas volcánicas pueden presentar riesgos significativos para la salud humana, la infraestructura y el medio ambiente, y su presencia debe tratarse con precaución.