* cuencas oceánicas profundas: La inmensa presión del agua oceánica profunda, la falta de una acción de ola significativa y las corrientes lentas crean ambientes estables donde los sedimentos se depositan y pueden permanecer intactos durante millones de años.
* cuencas de foreland: Estas cuencas se forman frente a las cadenas montañosas debido al peso de las montañas que empujan hacia abajo sobre la corteza terrestre. A menudo se llenan con gruesas capas de sedimentos erosionados desde las montañas, creando un entorno estable para la deposición.
* zonas de subducción: Si bien las zonas de subducción son dinámicas y a menudo se asocian con terremotos y actividad volcánica, el proceso en sí también puede conducir a la deposición de sedimentos. El peso de la placa primaria puede hacer que la placa subductora se raspe a lo largo del fondo del océano, transportando sedimentos hacia el manto. Es poco probable que estos sedimentos se erosionen nuevamente.
* Interiores continentales estables: Las regiones lejos de los límites de la placa activa o las principales fuerzas erosivas se conocen como cratones. Estas áreas experimentan una actividad tectónica mínima y son relativamente planas, lo que lleva a la acumulación de capas gruesas de sedimentos durante millones de años.
* rocas sedimentarias antiguas: Una vez que los sedimentos están enterrados, compactados y cementados juntos, forman rocas sedimentarias. Estas rocas, si están profundamente enterradas y protegidas de la erosión, pueden permanecer intactas por miles de millones de años.
Es importante tener en cuenta que incluso en estos entornos estables, la erosión aún puede ocurrir, aunque a un ritmo mucho más lento. La cantidad de tiempo que los sedimentos permanecen sin ser molestados pueden variar mucho dependiendo de la ubicación específica y los procesos geológicos en juego.