* La naturaleza del evento: Los fósiles de lutitas de Burgess se formaron en un evento repentino y catastrófico, probablemente un flujo de deslizamiento de tierra o escombros. Este evento rápidamente enterró a los organismos, preservándolos de una manera caótica sin clasificar.
* El entorno: El esquisto de Burgess se formó en un entorno de aguas profundas, donde las corrientes y el movimiento de sedimentos eran menos intensos que en aguas menos profundas. Esto permitió la preservación de organismos delicados y frágiles, que se habrían destruido fácilmente en un entorno más turbulento.
* El tipo de fosilización: Los fósiles de lutitas de Burgess se conservan a través de un proceso llamado "preservación de los tejidos blandos", donde no solo las partes duras como los huesos y las conchas, sino también los tejidos suaves como los músculos, los órganos e incluso la piel están fosilizadas. Este tipo único de preservación permite un vistazo a las delicadas estructuras de las criaturas antiguas, pero también hace que los fósiles sean más frágiles y propensos a la desarticulación.
Por qué esto es importante:
A pesar del arreglo aparentemente caótico, los fósiles de lutitas de Burgess proporcionan ideas invaluables sobre la diversidad y la evolución de la vida temprana. El hecho de que estos organismos se conservaran en su totalidad, en lugar de solo sus partes duras, nos permite estudiar su anatomía, comportamiento y relaciones con las especies modernas.
En resumen, la disposición caótica de los fósiles de lutitas de Burgess es el resultado del rápido evento de entierro, el ambiente de aguas profundas y el tipo único de preservación de los tejidos blandos. Este arreglo aparentemente aleatorio es en realidad un factor crítico para comprender la rica historia de la vida en la tierra.