1. Cuencas sedimentarias: Estas son grandes depresiones en la superficie de la Tierra donde los sedimentos se acumulan con el tiempo. Los lagos, ríos, océanos y pantanos son ejemplos de cuencas sedimentarias. Las capas de sedimento se acumulan, enterran organismos y eventualmente conducen a la fosilización.
2. Depósitos de cenizas volcánicas: Las erupciones volcánicas pueden arrojar cenizas que entierran rápidamente los organismos, protegiéndolos de los carroñeros y la descomposición. La ceniza también puede preservar estructuras delicadas, por lo que es un entorno valioso para la formación fósil.
3. Amber: La resina de los árboles puede atrapar insectos, arañas e incluso pequeños vertebrados. Con el tiempo, la resina se endurece en ámbar, preservando el organismo con notable detalle.
4. permafrost: Este terreno permanentemente congelado en las regiones polares puede preservar los organismos durante miles de años. Las temperaturas frías y la falta de oxígeno ralentizan la descomposición, lo que permite la preservación de tejidos blandos e incluso pelaje.
Es importante recordar que la fosilización es un evento raro. La mayoría de los organismos se descomponen rápidamente después de la muerte, y las condiciones necesarias para la fosilización son bastante específicas.