Formación:
* en lo profundo de la tierra: Los diamantes se forman profundamente dentro del manto de la Tierra, bajo una inmensa presión y calor.
* Fuente de carbono: El carbono que conforma diamantes proviene de rocas preexistentes, incluidas rocas sedimentarias como piedra caliza y lutita. Estas rocas pueden enterrarse en la tierra a través de la tectónica de placas.
* Transformación: En condiciones extremas, los átomos de carbono dentro de estas rocas se forzan a unirse, formando la estructura cristalina bien unida de un diamante.
Transporte:
* Erupciones volcánicas: Los diamantes se llevan a la superficie de la Tierra a través de erupciones volcánicas, específicamente a través de un tipo de erupción llamada erupción de kimberlita. Kimberlite es un tipo de roca volcánica que transporta diamantes del manto profundo.
* Erosión y meteorización: Una vez en la superficie, los diamantes están expuestos a la meteorización y la erosión, al igual que cualquier otra roca. Se pueden descomponer en piezas más pequeñas o transportados por ríos y arroyos.
Reciclaje:
* rocas sedimentarias: Los fragmentos de diamantes erosionados pueden convertirse en parte de los sedimentos y finalmente convertirse en rocas sedimentarias. Este ciclo puede continuar, con diamantes enterrados nuevamente en la corteza terrestre, donde podrían volver a transformarse en diamantes más grandes a una presión inmensa.
Nota importante:
El proceso de formación y transporte de diamantes es extremadamente lento, tomando millones de años. El reciclaje de diamantes dentro del ciclo de roca también es un proceso a muy largo plazo.
En resumen, los diamantes son parte del ciclo de roca porque ellos:
* forma profunda dentro de la tierra de fuentes de carbono preexistentes.
* se transportan a la superficie a través de erupciones volcánicas.
* sufre meteorización y erosión.
* puede convertirse en parte de los sedimentos y eventualmente volver a reciclar en el interior de la tierra.