* Temperaturas frías: El océano profundo es muy frío, típicamente alrededor de 4 ° C (39 ° F). Las temperaturas frías ralentizan significativamente la velocidad de reacciones químicas, incluido el proceso de oxidación que causa oxidación.
* Alta presión: La inmensa presión en profundidad también inhibe la oxidación. La presión comprime las moléculas de agua, lo que dificulta que el oxígeno se disuelva en el agua y alcance el metal.
* oxígeno limitado: El agua del océano profundo a menudo tiene niveles de oxígeno muy bajos. Sin un amplio oxígeno, la reacción de oxidación que crea óxido no puede ocurrir tan fácilmente.
* Falta de luz: La luz solar no penetra en las aguas oceánicas profundas, lo que significa que no hay radiación UV que pueda acelerar el proceso de oxidación.
* agua salada: Si bien el agua salada en sí puede contribuir a la corrosión, la combinación de temperaturas frías, baja oxígeno y alta presión a menudo mitiga este efecto.
* Organismos marinos: Algunos organismos marinos, como ciertos tipos de bacterias, pueden contribuir a la corrosión en naufragios. Sin embargo, su actividad a menudo es más lenta en el océano profundo debido a las temperaturas frías y las fuentes de alimentos limitadas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta:
* todavía ocurre: Incluso en estas condiciones, la oxidación ocurre, solo a un ritmo mucho más lento que en la superficie.
* No se conservan todos los naufragios: Algunos naufragios, particularmente aquellos hechos de ciertos metales o con debilidades estructurales, pueden deteriorarse más rápido debido a otros factores como la presencia de organismos marinos específicos o el tipo de carga que llevaban.
En general, el entorno oceánico profundo crea condiciones que ralentizan significativamente el proceso de oxidación. Es por eso que muchos naufragios permanecen sorprendentemente bien conservados durante siglos.