El gas natural se encuentra atrapado bajo tierra sobre capas de petróleo. Se forma cuando plantas y animales que vivieron hace millones de años quedan enterrados profundamente bajo la superficie de la Tierra y sometidos a intenso calor y presión. Con el tiempo, esta materia orgánica se transforma en combustibles fósiles, siendo el gas natural uno de los principales productos. El gas natural está compuesto principalmente de metano (CH4) y es más liviano que el petróleo, lo que hace que se acumule sobre los yacimientos de petróleo.