Los continentes están ubicados sobre estas placas tectónicas y, a medida que las placas se mueven, los continentes se mueven con ellas. Este movimiento puede provocar que los continentes choquen entre sí, lo que puede dar lugar a la formación de cadenas montañosas. También puede provocar que los continentes se separen, lo que puede conducir a la formación de nuevos océanos.
El movimiento de las placas tectónicas también es responsable del campo magnético terrestre. El campo magnético de la Tierra se genera por el movimiento del hierro fundido en el núcleo de la Tierra. A medida que el hierro fundido se mueve, crea corrientes eléctricas que a su vez generan el campo magnético.
El campo magnético de la Tierra es importante porque protege a la Tierra de la dañina radiación solar. El campo magnético desvía la radiación solar lejos de la Tierra, impidiendo que llegue a la superficie. Esta es la razón por la que la atmósfera de la Tierra es capaz de sustentar la vida.
La tectónica de placas es un proceso complejo y aún no se comprende completamente. Sin embargo, es uno de los procesos más importantes de la Tierra y es responsable de muchas de las características que vemos hoy en el planeta.