La arcilla generalmente tiene una alta porosidad. La porosidad se refiere a la cantidad de espacios vacíos o poros dentro de un material. La arcilla está compuesta de partículas diminutas en forma de placas que pueden formar una estructura densa, pero también contiene una cantidad significativa de moléculas de agua que pueden quedar atrapadas entre las partículas. Este contenido de agua contribuye a la porosidad de la arcilla. El tamaño, forma y disposición de las partículas, así como la presencia de materia orgánica, también pueden influir en la porosidad de la arcilla. Algunos tipos de arcilla, como la bentonita, son conocidos por su alta porosidad y capacidad de retención de agua.