El manto es la capa más gruesa de la Tierra, situada entre la corteza y el núcleo exterior. Está compuesto principalmente por rocas de silicato y se caracteriza por su alta temperatura y presión. El manto superior, el más cercano a la corteza, es relativamente sólido y rígido, mientras que el manto inferior está parcialmente fundido y puede fluir durante largos períodos. El manto es responsable de generar y transportar calor desde el interior de la Tierra a la superficie, así como de impulsar la tectónica de placas, que da forma a las características de la superficie de la Tierra.