Cuando una placa continental choca con una placa oceánica y la supera, se produce un proceso conocido como subducción. Las zonas de subducción son regiones donde una placa tectónica se mueve debajo de otra, hundiéndose en el manto de la Tierra. La placa oceánica, al ser más densa, suele ser la que se subduce debajo de la placa continental.
A medida que la placa oceánica se mueve debajo de la placa continental, se calienta y se derrite. La roca fundida sube a la superficie y forma volcanes. La subducción de la placa oceánica también crea profundas fosas oceánicas a lo largo del límite de las dos placas.
Las zonas de subducción también son responsables de la creación de cadenas montañosas. A medida que la placa oceánica se mueve debajo de la placa continental, hace que la corteza continental se espese y se levante, formando eventualmente montañas. La Cordillera de los Andes en América del Sur y la Cordillera de las Cascadas en América del Norte son ejemplos de cadenas montañosas que se han formado debido a la subducción.
El proceso de subducción es una fuerza impulsora importante detrás del movimiento de las placas tectónicas y la formación de nuevas características geológicas. También juega un papel importante en el reciclaje del material de la corteza terrestre y la liberación de calor y energía desde el interior de la Tierra.