En el caso de los arroyos de montaña, la gran pendiente o pendiente del arroyo da como resultado una mayor velocidad del agua. El aumento de velocidad significa que el agua tiene más energía para desalojar y transportar partículas de sedimento más grandes y densas. Esto permite el movimiento de la carga de fondo, que normalmente consiste en materiales más gruesos como gravas, guijarros o rocas pequeñas.
En arroyos o ríos de tierras bajas, el gradiente es generalmente menor y la velocidad del agua se reduce. Esto da como resultado una disminución de la energía disponible para transportar sedimentos. En consecuencia, el movimiento de la carga del fondo es menos pronunciado y el lecho del arroyo puede contener materiales más finos como arena, limo y lodo.
Por lo tanto, la carga del lecho se encuentra principalmente en arroyos de montaña con alto gradiente debido al aumento de energía y velocidad del agua, lo que permite el movimiento de partículas de sedimentos más gruesas y pesadas.