Suministro de nutrientes y crecimiento del fitoplancton:
Durante los períodos glaciales, la circulación oceánica global cambió, lo que resultó en un aumento del afloramiento de nutrientes desde las profundidades del océano hacia las aguas superficiales. Este enriquecimiento de nutrientes estimuló el crecimiento del fitoplancton, lo que llevó a tasas más altas de fotosíntesis. A medida que el fitoplancton convertía el dióxido de carbono (CO2) en materia orgánica mediante la fotosíntesis, una mayor cantidad de CO2 fue eliminada de la atmósfera y almacenada en el océano.
Mayor exportación de carbono orgánico:
El mayor crecimiento del fitoplancton durante los períodos más fríos resultó en una mayor producción de materia orgánica en la superficie del océano. Una porción sustancial de esta materia orgánica se hundió en las profundidades del mar, proceso conocido como exportación de carbono orgánico. A medida que el carbono orgánico se transporta a las profundidades del océano, efectivamente lo secuestra de la atmósfera durante largos períodos de tiempo. Los corales de aguas profundas que viven en el fondo marino registran estas variaciones en el flujo de carbono orgánico a través de sus patrones de crecimiento y composición geoquímica.
Reducción del ciclo del carbono en las profundidades del océano:
Durante los intervalos más fríos, la formación de aguas profundas se produjo a tasas más altas, lo que llevó a una mayor ventilación en las profundidades del océano. Este proceso de ventilación transportaba agua oxigenada a las profundidades del mar, favoreciendo la descomposición de la materia orgánica. Sin embargo, las temperaturas más frías también ralentizaron las tasas de descomposición de la materia orgánica, lo que permitió que quedara más carbono almacenado en las profundidades del océano. Los corales de aguas profundas proporcionan un registro de la ventilación y degradación de la materia orgánica de las profundidades del océano, lo que ayuda a los científicos a comprender el papel de las profundidades del océano en el almacenamiento de carbono.
Cambios en la circulación oceánica:
Las variaciones en los patrones de circulación oceánica durante los períodos glaciales e interglaciares tuvieron profundos efectos en el ciclo del carbono. Los corales de aguas profundas registran estos cambios en la circulación a través de su composición de isótopos de oxígeno, proporcionando información sobre el origen y transporte de masas de agua. Los cambios en la formación y el transporte de masas de agua influyen en la distribución de nutrientes, la temperatura y el dióxido de carbono, todo lo cual impacta los niveles de carbono atmosférico.
Al estudiar los corales de aguas profundas, los científicos obtienen información valiosa sobre cambios pasados en las condiciones oceanográficas, el ciclo de nutrientes y los flujos de carbono. Estos conocimientos contribuyen a una comprensión integral de por qué el carbono atmosférico se redujo durante los períodos más fríos y ayudan a mejorar nuestra comprensión de la compleja interacción entre el clima, los procesos oceánicos y el ciclo global del carbono.