- Flujo base reducido: La descarga de agua subterránea contribuye significativamente al flujo base, la porción del flujo que se mantiene durante los períodos secos. Cuando el bombeo de agua subterránea excede la tasa de recarga natural, puede provocar una disminución de los niveles de agua subterránea y una reducción del flujo base. Esto puede tener impactos ecológicos significativos, ya que el flujo base es esencial para mantener los hábitats acuáticos durante las sequías.
- Aumento de flujos llamativos: El bombeo de agua subterránea también puede alterar el ritmo del flujo de agua. Cuando los niveles de agua subterránea bajan, el nivel freático desciende por debajo del lecho del arroyo, creando un gradiente vertical que permite que el agua se infiltre rápidamente en el suelo. Esto puede resultar en un aumento de los caudales llamativos, donde el caudal sube y baja rápidamente en respuesta a los eventos de lluvia. Los flujos llamativos pueden causar erosión de los canales, dañar la infraestructura y alterar los ecosistemas acuáticos.
- Cambios en la calidad del agua: El bombeo de aguas subterráneas también puede afectar la calidad del caudal. Cuando los niveles de agua subterránea bajan, el agua que ingresa al arroyo puede ser de peor calidad, ya que puede contener concentraciones más altas de contaminantes como nitratos, pesticidas y metales pesados. Esto puede tener impactos perjudiciales sobre la vida acuática y la salud humana.
- Pérdida de hábitat: El bombeo de aguas subterráneas también puede provocar la pérdida de hábitat acuático. Cuando los niveles de agua subterránea disminuyen, se pueden secar manantiales y humedales, que son hábitats esenciales para muchas especies de plantas y animales. La pérdida de estos hábitats puede alterar las cadenas alimentarias y tener efectos en cascada en todo el ecosistema.