Un estudio que investigó este fenómeno comparó la percepción del tono de los hablantes de chino mandarín, que hablan un idioma tonal, con la de los angloparlantes, que no hablan un idioma tonal. Los investigadores descubrieron que los hablantes de chino mandarín eran más capaces de discriminar entre diferentes tonos e identificar el tono de un sonido. También pudieron recordar mejor la información del tono y utilizar el tono para identificar objetos. Estos hallazgos sugieren que los hablantes de lenguas tonales tienen un sentido de percepción del tono más afinado que los hablantes de lenguas no tonales.
Otro estudio que investigó este fenómeno analizó la actividad cerebral de hablantes de chino mandarín y de habla inglesa mientras escuchaban tonos. Los investigadores descubrieron que los hablantes de chino mandarín mostraban más actividad en la corteza auditiva, que es la parte del cerebro que procesa la información sonora, que los hablantes de inglés. Este hallazgo sugiere que los hablantes de lenguaje tonal pueden tener una representación neuronal más especializada de la información tonal.
Estos hallazgos tienen implicaciones para nuestra comprensión de cómo el lenguaje moldea nuestra percepción del mundo. Sugieren que el idioma que hablamos puede influir en la forma en que procesamos la información de nuestro entorno. En particular, los lenguajes tonales pueden proporcionar a los hablantes un sentido de percepción del tono más afinado, lo que podría tener beneficios en una variedad de áreas, como la música, la comunicación y la localización del sonido.