Crédito:CC0 Public Domain
Cuando Facebook anunció su intención el mes pasado de entrar en el negocio del dinero con su propia moneda digital, nos quedamos preguntándonos qué sería lo siguiente. ¿Su propio sistema judicial? ¿Su propio ejército permanente?
Un mundo dirigido en gran parte por una o más corporaciones gigantes es un tema común en el cine y la literatura. Y ningún anuncio reciente evoca más este futuro distópico que el de Facebook.
La empresa, fundada en un dormitorio de Harvard hace solo 15 años, se ha convertido en la institución mediática más poderosa del planeta. Cada día, cientos de millones de personas lo utilizan para obtener cantidades sustanciales de información, gran parte de ella a través de amigos de ideas afines, que les ayuda a moldear sus opiniones y sus puntos de vista.
Ninguna otra organización de medios se acerca en su capacidad para poner a la gente en burbujas ideológicas. Ninguno recopila tantos datos sobre tanta gente. Y ninguno juega un papel más importante en la vigilancia del contenido.
En este país, Las decisiones de Facebook sobre publicaciones incendiarias suelen evocar pasiones tanto en la izquierda como en la derecha. En las partes menos estables del mundo, la empresa se preocupa de que las publicaciones equivocadas en el momento equivocado puedan provocar disturbios civiles, arrestos generalizados, incluso guerras.
El hecho de que Facebook esté impulsando otro esfuerzo de gran impacto en la vida de las personas debería verse como espeluznante, si no francamente aterrador.
También debería verse en la sede de Facebook como una mala estrategia. La empresa ya está bajo el fuego de los líderes gubernamentales, tanto aquí como en el extranjero, que creen que sus poderes son demasiado grandes. Muchos quieren una regulación estricta. Otros piensan que debería romperse por completo. Esta iniciativa dará más munición a ambos grupos.
Según las interpretaciones tradicionales de la ley antimonopolio, Facebook ha hecho poco más que inventar una mejor trampa para ratones, y para que inicie una moneda digital, no debería generar alarmas competitivas, ya que este es un esfuerzo lejos de su actual negocio de redes sociales.
Aún así, si Internet nos ha enseñado una cosa, es que todo se fusiona al final. Quien lo hubiera pensado, por ejemplo, ese YouTube, conocida una vez como la principal plataforma de videos de gatos, sería una pieza fundamental del imperio de contenido en rápida expansión de Google, sistemas operativos y otras cosas que no están directamente relacionadas con la búsqueda?
Se sabe muy poco sobre la moneda planificada de Facebook, llamado Libra. Y menos aún puede estar seguro de sus perspectivas. Quizás supere las criptomonedas existentes como Bitcoin. O quizás no. Y quizás una de estas formas de efectivo electrónico, el medio preferido de los especuladores, traficantes de drogas, libertarios utópicos y pocos más — se convertirá en un gran problema. O quizás no.
Pero una cosa razonablemente segura es que Facebook no se estaría metiendo en este negocio si no pensara que su plataforma de redes sociales dominante a nivel mundial beneficiaría de alguna manera su expansión.
Si nada mas, el concepto de una corporación lo suficientemente grande y poderosa como para patrocinar su propia moneda debería estimular una conversación más amplia sobre el creciente poder de un puñado de grandes empresas de tecnología.
Si no puede ver esta encuesta de lectores, actualice su página.
© 2019 USA Today
Distribuido por Tribune Content Agency, LLC.