He aquí por qué:
* El cobre no es ferromagnético. Esto significa que no tiene la propiedad de sentirse fuertemente atraído por los imanes. Los materiales ferromagnéticos, como el hierro, el níquel y el cobalto, son los que se sienten fuertemente atraídos por los imanes.
* El cobre es diamagnético. Esto significa que es muy débilmente repelido por imanes. El efecto es tan débil que es prácticamente imperdible.
En lugar de ser repelido, el cobre exhibe un fenómeno más interesante cuando se coloca en un campo magnético:
* Corrientes de Eddy: Cuando un imán se mueve cerca del cobre, induce corrientes eléctricas dentro del cobre. Estas corrientes, conocidas como corrientes de Eddy, crean su propio campo magnético que se opone al campo magnético original. Esta oposición conduce a un ligero efecto de "frenado" o "amortiguación" en el movimiento del imán.
Entonces, aunque el cobre no se repele por un imán en la forma en que se atrae el hierro, tiene una interacción sutil debido a sus propiedades diamagnéticas y la creación de corrientes de Eddy.