La solubilidad de un compuesto depende de su estructura química y del disolvente utilizado. En general, los compuestos iónicos son más solubles en disolventes polares como el agua, mientras que los compuestos covalentes son más solubles en disolventes no polares. Los compuestos que tienen fuertes fuerzas intermoleculares (como los enlaces de hidrógeno) también son más solubles.
Cuando se mezclan dos compuestos iónicos, los cationes y aniones se atraerán entre sí para formar nuevos compuestos. Si uno de los nuevos compuestos formados es insoluble, formará un precipitado. El precipitado suele ser un sólido, pero también puede ser líquido o gaseoso. Ejemplos comunes de compuestos insolubles formados en reacciones de doble desplazamiento incluyen carbonato de calcio (CaCO3), sulfato de bario (BaSO4) y cloruro de plata (AgCl).
Ejemplos de compuestos solubles formados en reacciones de doble desplazamiento incluyen cloruro de sodio (NaCl) y sulfato de potasio (K2SO4). Ambos compuestos son solubles en agua y no formarán un precipitado cuando se mezclan.