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El Acuerdo de París adoptó un objetivo para que el calentamiento global no supere los 1,5 ° C. Esto establece un límite al carbono adicional que podemos agregar a la atmósfera:el balance de carbono. Ahora solo queda alrededor del 17% del presupuesto de carbono. Eso es aproximadamente 10 años con las tasas de emisión actuales.
Cada país informa a las Naciones Unidas sobre sus emisiones anuales de gases de efecto invernadero. Luego, los científicos compararon estas emisiones con las estimaciones del carbono absorbido por los sumideros naturales de carbono de la Tierra. Esto se conoce como el enfoque ascendente para calcular el presupuesto de carbono.
Otra forma de rastrear las fuentes y los sumideros de carbono es medir las cantidades de gases de efecto invernadero en la atmósfera desde el espacio:el enfoque de arriba hacia abajo. Además de rastrear el carbono atmosférico, La Iniciativa de Cambio Climático de la ESA está utilizando observaciones satelitales para rastrear otras reservas de carbono en tierra y mar.
La forma en que usamos la tierra representa aproximadamente una cuarta parte de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Los bosques son el mayor depósito de carbono de la tierra. El fuego actúa como un conducto para que el carbono pase de la tierra a la atmósfera. Y el fitoplancton en el océano es un importante sumidero de carbono.
El proyecto Regional de Análisis y Procesos del Ciclo del Carbono de la ESA está utilizando esta información para conciliar las diferencias entre los enfoques ascendente y descendente. Las observaciones se combinan con modelos informáticos atmosféricos y biofísicos para deducir los flujos de carbono en la superficie. Esto mejorará la precisión de cada presupuesto de gases de efecto invernadero y ayudará a separar los flujos naturales de las emisiones agrícolas y de combustibles fósiles. Este trabajo nos ayudará a evaluar si podemos mantenernos dentro del presupuesto de carbono de 1,5 ° C, o si se espera más calentamiento.