El cloro gaseoso también se produce mediante procesos industriales, como la producción de PVC y otros plásticos clorados. Estos procesos pueden liberar cloro gaseoso a la atmósfera, que luego puede ser transportado a los océanos por el viento y la lluvia.
El cloro gaseoso es un gas tóxico que puede causar problemas respiratorios, irritación de la piel y daño ocular. También puede ser mortal si se inhala en altas concentraciones.
La concentración de cloro gaseoso en los océanos es muy baja y no supone una gran amenaza para la vida marina. Sin embargo, puede ser perjudicial para las personas que nadan o beben agua de mar contaminada con cloro gaseoso.