Los enlaces covalentes se forman cuando dos elementos no metálicos comparten electrones. Esto se debe a que los átomos de elementos no metálicos tienen electronegatividades relativamente bajas, lo que significa que no se sienten fuertemente atraídos por los electrones. Como resultado, es más probable que compartan electrones entre sí que los donen o acepten de otros átomos. Algunos ejemplos comunes de elementos que se unen para formar enlaces covalentes incluyen carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, flúor y cloro.