El ejemplo más común de estructura covalente gigante es el diamante, en el que cada átomo de carbono está unido covalentemente a sus cuatro vecinos más cercanos, formando una estructura tetraédrica. Esta disposición de átomos da como resultado un material muy fuerte y duro, que se utiliza en una variedad de aplicaciones industriales y tecnológicas, como herramientas de corte y abrasivos.
Otros ejemplos de estructuras covalentes gigantes incluyen el grafito, el carburo de silicio y el cuarzo.