El metano es una molécula apolar, por lo que no tiene atracciones dipolo-dipolo permanentes. Sin embargo, los electrones de las moléculas de metano se mueven constantemente, lo que crea dipolos temporales. Estos dipolos temporales pueden inducir dipolos en moléculas vecinas, lo que da lugar a fuerzas de van der Waals. Las fuerzas de Van der Waals son relativamente débiles, pero son las únicas fuerzas de atracción entre las moléculas de metano.