1. Reactividad con Metales:
En reacciones con la mayoría de los metales, el hidrógeno se comporta como un no metal y forma compuestos covalentes. Por ejemplo, cuando el hidrógeno reacciona con el sodio o el magnesio, forma hidruros covalentes como NaH y MgH2. En tales reacciones, el hidrógeno actúa como agente oxidante y acepta electrones del metal.
2. Reactividad con no metales:
Al reaccionar con no metales altamente reactivos como los halógenos (flúor, cloro, bromo, yodo), el hidrógeno actúa como un metal. Pierde su electrón de valencia y forma compuestos iónicos como haluros de hidrógeno (HF, HCl, HBr, HI). En estas reacciones, el hidrógeno actúa como agente reductor, donando electrones al no metal.
3. Reactividad con el Oxígeno:
Con el oxígeno, el hidrógeno forma un compuesto covalente llamado agua (H2O) mediante una reacción de combustión. En este caso, el hidrógeno exhibe su doble naturaleza, tanto oxidante (aceptando electrones del oxígeno) como reductora (donando electrones al oxígeno).
La posición del hidrógeno en la serie de actividades puede variar según la naturaleza de la reacción. En la serie de actividad clásica, donde se considera la reactividad de los metales, el hidrógeno se sitúa justo después del flúor debido a su alta electronegatividad. Sin embargo, al considerar la reactividad de los no metales, el hidrógeno podría plantearse de manera diferente.
En general, la reactividad y la posición del hidrógeno en la serie de actividades dependen de la reacción química específica y de las especies involucradas. Su comportamiento único, donde puede actuar como metal o no metal, hace que su posición no sea fija en la serie de actividades tradicionales.