La ebullición del agua es un proceso endotérmico. Esto significa que para poder producirse necesita calor del entorno. Esto se debe a que las moléculas de agua necesitan absorber energía para romper los enlaces que las mantienen unidas como líquido y convertirse en gas. El calor que absorbe el agua proviene de la fuente de calor que se utiliza para hervir el agua, como una estufa o una tetera.