- Luz de comprobación del motor: La señal más obvia de un convertidor catalítico defectuoso es una luz Check Engine iluminada. Esta luz es activada por la computadora del automóvil cuando detecta un problema con el sistema de control de emisiones.
- Olor a huevo podrido: Los convertidores catalíticos funcionan para convertir los contaminantes nocivos en sustancias menos nocivas. Cuando fallan, ya no pueden hacer esto, lo que genera un olor a huevo podrido o a azufre proveniente del escape.
- Rendimiento reducido del motor: Un convertidor catalítico defectuoso puede restringir el flujo de escape del motor, lo que reduce el rendimiento y la aceleración del motor.
- Aumento del consumo de combustible: Debido a la reducción de la eficiencia del motor causada por un convertidor catalítico obstruido, su automóvil puede comenzar a consumir más combustible.
- Ruidos fuertes: Un convertidor catalítico defectuoso puede provocar ruidos de traqueteo o raspado provenientes del sistema de escape.
- Daño físico: En algunos casos, un convertidor catalítico puede dañarse debido a factores externos como escombros en la carretera o accidentes. Busque cualquier daño físico como grietas o abolladuras en el convertidor.
Si sospecha que su convertidor catalítico puede haber fallado, es importante que un mecánico calificado inspeccione su vehículo. Pueden diagnosticar con precisión el problema y determinar si es necesario reemplazar el convertidor catalítico.