A principios del siglo XVIII, Pensilvania era un paraíso para los falsificadores, que aprovechaban el débil sistema monetario de la colonia para producir dinero falso. Esto causó problemas económicos generalizados, ya que la gente no podía estar segura de si el dinero que estaban usando era real o no.
En 1729, Benjamín Franklin fue nombrado impresor y director de correos de Pensilvania. Una de sus primeras tareas fue diseñar y producir una nueva moneda que fuera difícil de falsificar. Franklin utilizó varias técnicas innovadoras para lograr esto, que incluyen:
* Utilizar diferentes colores de papel para diferentes denominaciones de billetes.
* Imprimir los billetes con una variedad de fuentes y tipos de letra.
* Agregar intrincadas marcas de agua al papel.
* Requerir firmas de varios funcionarios en cada proyecto de ley.
La nueva moneda de Franklin fue un gran éxito y ayudó a estabilizar la economía de Pensilvania. También sirvió como modelo para la moneda que utilizaría Estados Unidos después de independizarse de Gran Bretaña.
El primer dólar estadounidense
En 1792, se estableció la Casa de la Moneda de los Estados Unidos y se acuñaron las primeras monedas de dólares estadounidenses. Estas monedas estaban hechas de plata y fueron diseñadas por el amigo y colega científico de Franklin, Robert R. Livingston.
Los primeros billetes de dólar estadounidenses se emitieron en 1861, durante la Guerra Civil. Estos billetes se llamaban "billetes verdes" y se imprimieron en grandes cantidades para ayudar a pagar la guerra.
En 1869, el gobierno de Estados Unidos comenzó a emitir sus propios certificados de oro, que podían canjearse en oro en cualquier momento. Estos certificados fueron finalmente reemplazados por billetes de la Reserva Federal en 1913.
Hoy en día, el dólar estadounidense es la moneda más importante del mundo y lo utilizan personas de todo el mundo. Es un símbolo de la fortaleza económica y la prosperidad de Estados Unidos, y es un testimonio del genio de Benjamín Franklin.
El legado de Franklin
Benjamín Franklin fue un verdadero hombre del Renacimiento y sus contribuciones a la ciencia, la política y la economía todavía se sienten hoy. Fue un inventor brillante, un escritor talentoso y un diplomático astuto. También fue un incansable defensor de la democracia y la libertad.
El legado de Franklin es de innovación, creatividad y trabajo duro. Es una inspiración para todos nosotros y su memoria perdurará durante las generaciones venideras.