1. Geología rica en uranio y torio :
- Algunas regiones presentan formaciones geológicas ricas en uranio y torio, que son elementos naturalmente radiactivos. Cuando las rocas que contienen estos elementos quedan expuestas, el área circundante puede exhibir niveles elevados de radiación.
2. Gas radón :
- El radón es un gas radiactivo que se filtra desde el suelo al aire. Se encuentra comúnmente en áreas con suelos o lechos de roca ricos en uranio, lo que genera niveles más altos de radiactividad en el medio ambiente.
3. Actividades Mineras e Industriales :
- Las operaciones mineras de uranio u otros materiales radiactivos pueden dejar residuos radiactivos que afectan al medio ambiente circundante. De manera similar, ciertos procesos industriales, como la quema de carbón o el procesamiento de fosfatos, pueden liberar NORM al aire o al agua.
4. Zonas Termales y Geotérmicas :
- Las regiones geotérmicas suelen tener altos niveles de elementos radiactivos disueltos en sus aguas. Cuando estas aguas suben a la superficie a través de fuentes termales o géiseres, liberan gases y partículas radiactivos al aire y al medio ambiente circundante.
5. Zonas Costeras :
- Ciertas zonas costeras pueden tener niveles de radiación natural más elevados debido a la presencia de arena de monacita. Este mineral contiene torio y su concentración puede aumentar en la arena de las playas o cerca de los deltas de los ríos.
6. Actividad volcánica :
- Las erupciones volcánicas pueden liberar a la atmósfera elementos radiactivos como uranio y torio. Estos elementos pueden depositarse en un área amplia, lo que genera niveles elevados de radiación.
7. Materiales de construcción mejorados con NORM :
- Algunos materiales de construcción utilizados antiguamente, como encimeras de granito o baldosas de cerámica, pueden contener NORM. Esto puede contribuir a niveles más altos de radiación en ambientes interiores.
Es importante tener en cuenta que la radiactividad naturalmente alta no necesariamente representa un riesgo significativo para la salud. Los niveles de radiación deben exceder los límites reglamentarios para ser considerados peligrosos. Sin embargo, identificar y monitorear áreas con radiactividad elevada ayuda a garantizar la salud y la seguridad de las personas que viven en esas regiones.