En el laboratorio de Victor Mougel, la aplicación y la investigación básica van siempre de la mano. Crédito:Julia Ecker
Victor Mougel es un absoluto amante de la naturaleza, no sólo porque creció en una granja, pasa mucho tiempo al aire libre con su mujer y sus hijos y, a veces, sube y baja montañas suizas en su bicicleta de carretera. También cree que ningún químico puede compararse con la naturaleza.
"La naturaleza es capaz de llevar a cabo reacciones extremadamente desafiantes de la manera más eficiente, es una increíble fuente de inspiración", se entusiasma el profesor asistente. Su grupo en ETH Zurich se inspira en sistemas naturales en todas las escalas:replicando formas macroscópicas de organismos vivos pero también imitando sistemas naturales a nivel micro y molecular, centrándose específicamente en las enzimas. Estos catalizadores naturales altamente eficientes impulsan una multitud de reacciones en la naturaleza.
Aprendiendo de 3 mil millones de años de evolución
La catálisis es un proceso en el que determinadas moléculas (catalizadores) se utilizan para acelerar reacciones y así transformar sustancias.
"A diferencia de la naturaleza, los químicos suelen utilizar metales raros como catalizadores, una fuente insostenible para procesos a escala global", explica Mougel. La mayoría de los componentes básicos para la producción química se derivan actualmente de fuentes fósiles, lo que presenta desafíos ambientales, incluida la problemática acumulación de dióxido de carbono y nitratos. La electroquímica es una opción atractiva para reconvertir de forma sostenible estas moléculas problemáticas.
"Un elemento clave de este enfoque es el diseño de nuevos electrocatalizadores que permitan esta transformación con alta actividad y selectividad, y para la sostenibilidad, utilice sólo elementos abundantes en la Tierra", afirma.
En este caso, el ingenio de la naturaleza muestra el camino:"Durante más de tres mil millones de años, la naturaleza ha estado desarrollando catalizadores enzimáticos para utilizar eficientemente moléculas abundantes como el N2. y CO2 , compuestos esenciales para la construcción de moléculas y materiales complejos", afirma Mougel con entusiasmo. "Podemos explotar esto y desarrollar catalizadores bioinspirados que puedan ayudar a resolver nuestros problemas más apremiantes".
Creando hojas artificiales y CO2 bioinspirado reducción
Para ello, Mougel y su grupo siguen dos enfoques:primero, intentan replicar la estructura de los sitios activos de las enzimas; en segundo lugar, imitan funciones que se encuentran en las enzimas, esforzándose por reproducir estas funciones sin limitarse a las estructuras que se encuentran en la naturaleza.
El equipo de Mougel pudo producir, por ejemplo, una "hoja" artificial como parte de una colaboración de investigación.
"El dióxido de carbono, uno de nuestros problemas medioambientales más acuciantes, es una molécula estable y oxidada", señala Mougel. "Una solución podría ser diseñar catalizadores inspirados en enzimas que reduzcan eficientemente el CO2 —transferir electrones a la molécula—y así convertirla en productos útiles. La gente suele olvidar que el CO2 y los óxidos nítricos no son sólo productos de desecho y una amenaza para el clima. Son principalmente los componentes básicos de la vida y un importante material base a partir del cual se pueden producir sustancias químicas útiles."
Ésa era la idea detrás de la hoja artificial, explica:"En lugar de convertir el dióxido de carbono y el agua en oxígeno y azúcar como lo hacen las hojas naturales, nuestro sistema produce hidrocarburos utilizando la luz solar como única fuente de energía".