* registros fósiles: Esta es la evidencia más directa. Los fósiles se conservan restos de organismos antiguos, como huesos, dientes, conchas e incluso huellas. Analizar fósiles ayuda a determinar la anatomía, el comportamiento y cómo interactuaron con su entorno.
* Análisis de ADN: A veces, los rastros de ADN antiguo se pueden extraer de fósiles o materiales antiguos. Esto permite a los científicos comparar la composición genética de especies extintas con sus parientes modernos, revelando relaciones evolutivas y linaje.
* Trace fósiles: Estos no son los restos reales, sino evidencia de la presencia de un organismo, como madrigueras, nidos y coprolitos (estiércol fosilizado). Estas huellas proporcionan información sobre el comportamiento y el estilo de vida de un organismo.
* Evidencia geológica: Estudiar capas de rocas y formaciones geológicas puede indicar la presencia de especies extintas a través de los tipos de sedimentos, minerales y eventos geológicos asociados con su existencia.
* Anatomía comparativa: Comparar la anatomía de las especies extintas con sus parientes vivos puede arrojar luz sobre sus relaciones evolutivas y cómo podrían haber vivido.
* paleontología: El estudio de los fósiles y otra evidencia de la vida pasada es crucial para comprender la evolución y la extinción de las especies.
Entonces, los científicos usan un enfoque multifacético para comprender especies extintas, combinando varias formas de evidencia para pintar una imagen completa de su historia.