Izquierda:modelos 3D del material poscraneal de Sahelanthropus tchadensis. De izquierda a derecha:el fémur, en vista posterior y medial; los cúbitos derecho e izquierdo, en vista anterior y lateral. Derecha:Ejemplo de análisis realizado para interpretar el modo locomotor de Sahelanthropus tchadensis. Mapa de variación del grosor cortical en 3D para los fémures de (de izquierda a derecha) Sahelanthropus, un humano existente, un chimpancé y un gorila (en vista posterior). Este análisis nos permite comprender las variaciones de las restricciones mecánicas sobre el fémur e interpretar estas restricciones en términos del modo locomotor. Crédito:© Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers
La adquisición del bipedalismo se considera un paso decisivo en la evolución humana. Sin embargo, no hay consenso sobre sus modalidades y edad, sobre todo por la falta de restos fósiles. Un equipo de investigación, en el que participaron investigadores del CNRS, la Universidad de Poitiers y sus socios chadianos, examinó tres huesos de las extremidades del representante humano más antiguo identificado actualmente, Sahelanthropus tchadensis. Publicado en Naturaleza el 24 de agosto de 2022, este estudio refuerza la idea de que el bipedismo se adquirió muy temprano en nuestra historia, en un momento todavía asociado con la capacidad de moverse en cuatro extremidades en los árboles.
Con 7 millones de años, Sahelanthropus tchadensis es considerada la especie representativa más antigua de la humanidad. Su descripción se remonta a 2001 cuando la Misión Paleoantropológica Franco-Chadiana (MPFT) descubrió los restos de varios individuos en Toros-Menalla en el desierto de Djurab (Chad), incluido un cráneo muy bien conservado. Este cráneo, y en particular la orientación y posición anterior del agujero occipital donde se inserta la columna vertebral, indica un modo de locomoción sobre dos piernas, lo que sugiere que era capaz de bipedalismo.
Además del cráneo, apodado Toumaï, y fragmentos de mandíbulas y dientes que ya han sido publicados, la localidad de Toros-Menalla 266 (TM 266) arrojó dos cúbitos (hueso del antebrazo) y un fémur (hueso del muslo). Estos huesos también se atribuyeron a Sahelanthropus porque no se encontró ningún otro primate grande en el sitio; sin embargo, es imposible saber si pertenecen al mismo individuo que el cráneo. Paleontólogos de la Universidad de Poitiers, el CNRS, la Universidad de N'Djamena y el Centro Nacional de Investigación para el Desarrollo (CNRD, Chad) publicaron su análisis completo en Nature el 24 de agosto de 2022.
Sesión de trabajo de colección entre Franck GUY (izquierda) y Guillaume DAVER (derecha), en el laboratorio PALEVOPRIM, Poitiers (CNRS/Universidad de Poitiers). Crédito:© Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers
Representación de los modos de locomoción practicados por Sahelanthropus. El bipedalismo era común entre los primeros representantes conocidos de la humanidad, probablemente en el suelo pero también en los árboles. Coexistía con otros tipos de movimiento en un entorno arbóreo, incluido el movimiento cuadrúpedo con agarre firme de las manos, que se diferenciaba claramente del de los gorilas y chimpancés que usan la parte posterior de sus falanges como apoyo ("caminar con los nudillos"). Crédito:© Sabine Riffaut, Guillaume Daver, Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers
El fémur y el cúbito se sometieron a una batería de medidas y análisis, tanto de su morfología externa, como de sus estructuras internas mediante microtomografía:medidas biométricas, morfométricas geométricas, indicadores biomecánicos, etc. Estos datos se compararon con los de una muestra relativamente grande. de simios existentes y fósiles:chimpancés, gorilas, orangutanes, simios del Mioceno y miembros del grupo humano (Orrorín, Ardipithecus, australopitecinos, Homo antiguo, Homo sapiens).
La estructura del fémur indica que Sahelanthropus solía ser bípedo en el suelo, pero probablemente también en los árboles. Según los resultados de los cúbitos, este bipedalismo coexistía en ambientes arbóreos con una forma de cuadrupedalismo, es decir, la trepa arbórea habilitada por agarres firmes de las manos, claramente diferente a la de los gorilas y chimpancés que se apoyan en la parte posterior de sus falanges.
El desierto de Djurab, donde se encuentran los yacimientos fósiles que arrojaron los restos poscraneales de Sahelanthropus tchadensis. Crédito:© MPFT, PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers
La humanidad se separó del grupo de los chimpancés durante el Mioceno reciente, muy probablemente entre 10 y 7 millones de años antes del presente. Esta divergencia resultó en morfologías muy distintas:los huesos de las extremidades, por ejemplo, presentan diferencias notablemente vinculadas a una locomoción cuadrúpeda para los chimpancés y una locomoción bípeda para los humanos actuales. Crédito:© Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers
Las conclusiones de este estudio, incluida la identificación del bipedalismo habitual, se basan en la observación y comparación de más de una veintena de características del fémur y el cúbito. Son, con mucho, la interpretación más parsimoniosa de la combinación de estos rasgos. Todos estos datos refuerzan el concepto de una locomoción bípeda muy temprana en la historia humana, aunque en esta etapa también se practicaban otros modos de locomoción. El estudio del fémur izquierdo parcial sugiere que Sahelanthropus tchadensis no era un homínido después de todo