Aquí hay un desglose del proceso:
1. Células madre hematopoyéticas:
- La médula ósea contiene células especiales llamadas células madre hematopoyéticas (HSC) . Estas son como células de "pizarra en blanco" que pueden desarrollarse en cualquier tipo de glóbulo.
2. Diferenciación:
- Las HSC se diferencian en células progenitoras , que están comprometidos a convertirse en un tipo específico de glóbulos.
- Linaje de glóbulos rojos: Los HSC se diferencian en eritroblastos que maduran en eritrocitos (glóbulos rojos).
- Linaje de glóbulos blancos: Los HSC se diferencian en varios tipos de leucocitos (glóbulos blancos), incluyendo:
- Neutrófilos, eosinófilos, basófilos (granulocitos)
- linfocitos (Células T, células B, células NK)
- monocitos (que luego maduran en macrófagos)
3. Maduración:
- Las células progenitoras experimentan una serie de divisiones y cambios para madurar en su forma final.
- eritrocitos Pierde su núcleo y orgánulos, llenándose de hemoglobina, una proteína que transporta oxígeno.
- leucocitos Desarrolle características y funciones únicas dependiendo de su tipo.
Factores que influyen en la producción de glóbulos sanguíneos:
* hormonas: La eritropoyetina (EPO) estimula la producción de glóbulos rojos, mientras que varias citocinas estimulan la producción de glóbulos blancos.
* Nutrientes: El hierro adecuado, la vitamina B12 y el ácido fólico son cruciales para la producción de glóbulos rojos.
* Factores de crecimiento: Ciertos factores de crecimiento pueden estimular los linajes específicos de la producción de glóbulos sanguíneos.
* señales inmunes: El sistema inmune puede influir en la producción de glóbulos blancos en respuesta a infecciones u otras amenazas.
En resumen, los glóbulos rojos y blancos se originan en la misma fuente (células madre hematopoyéticas) en la médula ósea y siguen diferentes vías de desarrollo para convertirse en sus formas especializadas.