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(Phys.org) —Un pequeño equipo de investigadores de la Universidad de Fordham y Providence College, ambos en los EE. UU., ha descubierto que existen diferencias genéticas pequeñas pero discernibles entre las ratas que viven en la zona alta y en el centro de la isla de Manhattan. En su artículo publicado en la revista Ecología molecular , el grupo describe atrapar ratas de un extremo a otro de la isla, realizar pruebas genéticas en ellos y describir lo que encontraron.
Nueva York, como otras ciudades importantes del mundo, alberga una gran población de ratas, en este caso, en su mayoría ratas marrones. La mayoría de las personas que viven allí los consideran un problema, porque además de ser destructivo y portador de enfermedades, también se consideran repugnantes. En este nuevo esfuerzo, los investigadores buscaron aprender más sobre las ratas que viven solo en la isla de Manhattan, señalando que se ha trabajado poco para comprender las ratas que viven allí.
El estudio consistió en atrapar ratas, moviéndose de norte a sur en la isla, cortándoles la cola, y utilizándolos como fuente para el análisis de ADN, y luego comparando los resultados genómicos por geografía.
Los investigadores informan que la gran mayoría de las ratas eran descendientes de ratas de Europa occidental, traídas en barcos hace más de 200 años. Pero el análisis también reveló que las ratas han estado en el área el tiempo suficiente como para haber desarrollado diferencias genéticas menores dependiendo de dónde vivieran. Esta, las notas del equipo, no fue particularmente sorprendente debido al comportamiento de las ratas:rara vez se alejan de casa. Tampoco fue sorprendente ver diferencias entre las ratas de la zona alta y del centro:las dos áreas están separadas por el distrito comercial, que no es particularmente favorable para las ratas. Por lo tanto, aquellos que viven en la parte alta tienen pocos incentivos para mudarse al centro, o viceversa. Asombrosamente, el análisis mostró que había incluso pequeñas diferencias entre los vecindarios, cada uno tenía sus propias ratas distintas. Los investigadores pudieron decir, por ejemplo, mirando un perfil de rata individual, si hubiera residido en East o West Village.
El grupo planea continuar su estudio de las poblaciones de ratas urbanas, buscando patrones que puedan ayudar a los urbanistas a reducir el número de ratas, hacer que las ciudades sean lugares más seguros y menos repugnantes para vivir.
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