1. Variación genética:
* Mutaciones: Los cambios en la secuencia de ADN ocurren al azar y pueden introducir nuevos rasgos. Estas mutaciones se transmiten a la descendencia y contribuyen a la variación dentro de una especie.
* Recombinación: Durante la reproducción sexual, los cromosomas de ambos padres se mezclan y coinciden, lo que lleva a combinaciones únicas de genes en la descendencia.
* flujo de genes: Los individuos de diferentes poblaciones pueden entrelazarse, introduciendo un nuevo material genético y una variación creciente.
2. Influencias ambientales:
* Plasticidad fenotípica: El entorno puede influir en cómo se expresan los genes. Por ejemplo, una planta puede crecer más alta en un lugar soleado que en una sombra, a pesar de que tienen los mismos genes.
* Epigenetics: Los factores ambientales pueden desencadenar cambios químicos en el ADN que afectan la expresión génica sin alterar la secuencia de ADN en sí. Estos cambios pueden ser heredados en generaciones.
3. Probabilidad aleatoria:
* Drift genética: En pequeñas poblaciones, la pérdida o fijación aleatoria de ciertos genes puede conducir a cambios significativos en las frecuencias de alelos, incluso sin selección natural.
* Efecto fundador: Cuando un pequeño grupo de individuos coloniza una nueva área, el conjunto de genes de la nueva población podría ser diferente del original, lo que lleva a rasgos únicos.
Ejemplo: Considere dos gemelos idénticos. Si bien comparten el mismo ADN, las diferencias en su entorno, las experiencias e incluso las posibilidades aleatorias pueden conducir a variaciones sutiles en su apariencia, salud y personalidad.
¿Por qué es esto importante?
La diversidad genética es crucial para la supervivencia de una especie. Permite que las poblaciones se adapten a entornos cambiantes y resistan enfermedades. Cuando los individuos dentro de una especie varían, algunos serán más adecuados para sobrevivir y reproducirse en ciertas condiciones, lo que lleva a la evolución de la especie a lo largo del tiempo.