Según esta teoría, todas las especies descienden de un ancestro común y que con el tiempo, estas especies han cambiado y adaptado a sus entornos para poder sobrevivir. Este proceso de cambio está impulsado por la selección natural, que es el proceso mediante el cual los organismos mejor adaptados a su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse. Con el tiempo, esto puede provocar cambios significativos en una población e incluso la aparición de nuevas especies.
La idea de evolución fue propuesta por primera vez por Charles Darwin y Alfred Russel Wallace a mediados del siglo XIX y desde entonces se ha convertido en una de las teorías científicas más importantes y mejor respaldadas. La evidencia de la evolución proviene de una amplia variedad de fuentes, incluido el registro fósil, la anatomía comparada, la biología molecular y la genética.