El proceso de formación de células sanguíneas se llama hematopoyesis. La hematopoyesis está regulada por diversas hormonas y factores de crecimiento producidos por el cuerpo. Estas hormonas y factores de crecimiento estimulan las células madre de la médula ósea para que se dividan y maduren en diferentes tipos de células sanguíneas.
La producción de células sanguíneas es un proceso continuo que asegura un suministro constante de nuevas células sanguíneas al cuerpo. Los glóbulos rojos, que transportan oxígeno a los tejidos, tienen una vida útil de unos 120 días. Los glóbulos blancos, que ayudan a combatir las infecciones, tienen una vida útil más corta, de unos pocos días o semanas. Las plaquetas, que participan en la coagulación de la sangre, tienen una vida útil de unos 10 días.
Cuando el cuerpo necesita más células sanguíneas, como en respuesta a una infección o lesión, la médula ósea puede aumentar su producción de células sanguíneas. Este proceso está regulado por diversas hormonas y factores de crecimiento, como la eritropoyetina, que estimula la producción de glóbulos rojos.