1. Protección: La cutícula protege la epidermis de daños mecánicos, pérdida de agua, radiación ultravioleta y patógenos. También actúa como barrera contra la entrada de sustancias nocivas y microorganismos al organismo.
2. Sensación: La cutícula contiene terminaciones nerviosas que proporcionan el sentido del tacto y perciben estímulos ambientales.
3. Excreción: La cutícula ayuda en la excreción de productos de desecho a través de las glándulas sudoríparas.
4. Termorregulación: La cutícula ayuda a regular la temperatura corporal controlando la cantidad de calor perdido a través de la sudoración.
5. Síntesis de vitamina D: La cutícula permite que la radiación ultravioleta penetre en la piel, necesaria para la síntesis de vitamina D.
6. Crecimiento del cabello: La cutícula de los folículos pilosos ayuda al crecimiento y protección del cabello.
7. Formación de uñas: La cutícula de las uñas ayuda al crecimiento y protección de las uñas.
8. Impermeabilización: La cutícula ayuda a impermeabilizar la piel, haciéndola menos susceptible al daño causado por la humedad.
9. Protección contra insectos y enfermedades: La cutícula puede ayudar a proteger la piel de picaduras y picaduras de insectos, así como de determinadas enfermedades.
10. Lubricación: La cutícula ayuda a lubricar la piel, lo que puede ayudar a reducir la fricción y facilitar el movimiento.