Estos son los pasos clave del ciclo del nitrógeno, centrándose en el papel de las bacterias:
Fijación de nitrógeno:
- El gas nitrógeno es la forma más abundante de nitrógeno en la atmósfera, pero no es directamente accesible para la mayoría de los organismos vivos.
- Ciertas bacterias, conocidas como bacterias fijadoras de nitrógeno, tienen la capacidad de convertir el gas nitrógeno en amoníaco (NH3). Este proceso es crucial porque es el punto de entrada del nitrógeno al ciclo del nitrógeno.
- Las bacterias fijadoras de nitrógeno pueden vivir libremente, como Azotobacter y Clostridium, o pueden establecer relaciones simbióticas con las plantas, formando nódulos en las raíces de las leguminosas (p. ej., soja, frijoles y guisantes).
Nitrificación:
- El amoníaco, producido mediante la fijación de nitrógeno, se convierte en nitrito (NO2-) y nitrato (NO3-) mediante bacterias nitrificantes.
- Las bacterias Nitrosomonas son responsables de la conversión inicial del amoníaco en nitrito, mientras que las bacterias Nitrobacter convierten el nitrito en nitrato.
Asimilación:
- Las plantas absorben nitrato y lo utilizan para sintetizar proteínas, ácidos nucleicos y otros compuestos que contienen nitrógeno.
- Los animales obtienen nitrógeno al consumir plantas u otros animales, incorporando el nitrógeno de su dieta a sus propios tejidos.
Desnitrificación:
- En condiciones de escasez de oxígeno, las bacterias desnitrificantes convierten los nitratos nuevamente en nitrógeno gaseoso y lo liberan a la atmósfera.
- Este proceso es importante ya que equilibra el ciclo del nitrógeno y completa el ciclo de conversión del nitrógeno.
Amonificación:
- Cuando las plantas y los animales mueren, sus compuestos nitrogenados se descomponen mediante bacterias en descomposición en un proceso llamado amonificación.
- Este proceso libera amoníaco nuevamente al suelo, donde puede convertirse aún más a través de las otras etapas del ciclo del nitrógeno.
El papel de las bacterias en el ciclo del nitrógeno es esencial para mantener el equilibrio del nitrógeno en el medio ambiente. Sin la acción bacteriana, el nitrógeno permanecería inaccesible para la mayoría de los organismos, lo que limitaría el crecimiento de las plantas, la productividad agrícola y la salud general del ecosistema.