El pH de la orina puede variar según la dieta, las condiciones de salud y los niveles de hidratación. Una orina con pH alto (alcalino) puede indicar una infección renal o del tracto urinario o ciertos trastornos metabólicos. Por el contrario, la orina con un pH bajo (ácida) puede deberse a una dieta rica en proteínas, acidosis metabólica o deshidratación.
El pH de la saliva puede fluctuar dependiendo de factores como la dieta, la medicación, la higiene bucal y determinadas afecciones médicas. Por ejemplo, consumir alimentos o bebidas ácidas puede reducir temporalmente el pH de la saliva, mientras que ciertos medicamentos pueden alterar su acidez o basicidad.
Por tanto, la orina y la saliva pueden tener diferentes valores de pH y no siempre son iguales en la escala de pH. Si tiene dudas sobre los niveles de pH de su orina o saliva, se recomienda consultar a un profesional de la salud para una evaluación adecuada y un asesoramiento personalizado.