El saltador del barro tiene varias adaptaciones que le permiten sobrevivir fuera del agua, incluida la capacidad de respirar aire y caminar sobre la tierra. En el estudio, los investigadores descubrieron que los ojos del saltamontes también están adaptados a la vida terrestre.
Cuando el saltamontes está en el agua, sus ojos parpadean constantemente. Este parpadeo ayuda a mantener los ojos húmedos y protegidos del agua. Sin embargo, cuando el saltador del barro está en tierra, parpadea con mucha menos frecuencia. Esto se debe a que el aire es menos duro para los ojos que el agua, por lo que el saltador del barro no necesita parpadear con tanta frecuencia para mantenerlos húmedos.
Los investigadores creen que esta adaptación en los ojos del saltamontes puede haber sido un factor clave en la evolución de nuestros antepasados del agua a la tierra. A medida que nuestros antepasados se trasladaron del agua a la tierra, habrían necesitado desarrollar adaptaciones que les permitieran sobrevivir en el aire. La capacidad de parpadear con menos frecuencia habría sido una de esas adaptaciones, ya que habría ayudado a mantener los ojos húmedos y protegidos de la dureza del aire.
Este estudio proporciona nueva evidencia que respalda la teoría de que nuestros antepasados evolucionaron a partir de peces que vivían en manglares. Las adaptaciones del saltamontes a la vida en la tierra permiten vislumbrar los desafíos que enfrentaron nuestros antepasados al hacer la transición del agua a la tierra.