La perilipina es una proteína asociada a las gotitas de lípidos que recubre la superficie de las gotitas de grasa dentro de los adipocitos. Actúa como un guardián, regulando el flujo de ácidos grasos dentro y fuera de la célula grasa. Cuando hay un nivel alto de insulina en la sangre, la perilipina permite que la glucosa ingrese a la célula y se convierta en triglicéridos. En ausencia de insulina, la perilipina bloquea la entrada de glucosa, impidiendo la formación de nuevas gotas de grasa.
Además de su papel en la regulación de la absorción de glucosa, la perilipina también desempeña un papel en la prevención de que las células grasas crezcan demasiado. Cuando las células grasas crecen demasiado, pueden volverse disfuncionales y comenzar a liberar factores inflamatorios que pueden contribuir a enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. La perilipina ayuda a prevenir esto actuando como una proteína que detecta el tamaño. A medida que la célula grasa crece, los niveles de perilipina aumentan y la célula responde menos a la insulina. Esto le indica a la célula que deje de absorber glucosa y comience a liberar ácidos grasos en el torrente sanguíneo.
En resumen, la perilipina es una proteína clave que regula la captación y almacenamiento de glucosa en las células grasas. Al actuar como guardián y proteína sensible al tamaño, la perilipina ayuda a mantener el equilibrio energético y prevenir el desarrollo de enfermedades metabólicas.