Los ratones poseen un notable sentido del olfato que les permite detectar y distinguir entre diferentes olores, incluidos los de su propia especie. Las señales químicas juegan un papel crucial en el reconocimiento del ratón. Cada ratón produce una mezcla única de compuestos químicos, como feromonas, que se excretan a través de la orina, las heces y otras secreciones corporales. Estas señales químicas contienen información sobre la identidad, el sexo, el estado reproductivo y el rango social del ratón, entre otras cosas.
Órgano Vomeronasal (OVN):
El órgano vomeronasal, también conocido como órgano de Jacobson, es un órgano sensorial especializado que se encuentra en el paladar de los ratones. El VNO es responsable de detectar y analizar ciertas señales químicas, incluidas las feromonas. Cuando los ratones huelen, aspiran aire hacia el OVN, donde las señales químicas se detectan y se transmiten al cerebro para su procesamiento.
Sistema olfativo principal:
Además del VNO, los ratones también utilizan su sistema olfativo principal para procesar los olores. El sistema olfativo principal está formado por la nariz y el bulbo olfativo. Cuando los ratones inhalan, las moléculas olorosas viajan a través de la cavidad nasal y se unen a receptores especializados en el bulbo olfatorio. Luego, estos receptores envían señales al cerebro, lo que permite al ratón percibir e identificar diferentes olores.
Señales auditivas y visuales:
Los ratones también pueden reconocerse entre sí basándose en señales auditivas y visuales. Producen una variedad de vocalizaciones, como chirridos y llamadas ultrasónicos, que pueden transmitir información sobre la identidad, el comportamiento social y los estados emocionales. Además, los ratones pueden reconocer visualmente a individuos familiares basándose en rasgos faciales y marcas corporales.
Memoria y Aprendizaje:
Los ratones tienen excelentes capacidades de memoria y aprendizaje, lo que contribuye a su capacidad para reconocerse entre sí. Pueden formar asociaciones entre individuos específicos y sus señales químicas, sonidos y características visuales asociadas. Con el tiempo, los ratones aprenden a identificar individuos familiares y responden en consecuencia, reforzando sus interacciones sociales y la cohesión grupal.