En teoría, sí, las plantas clonales pueden vivir para siempre. Lo logran mediante un proceso llamado reproducción vegetativa, mediante el cual se forman nuevas plantas a partir de estructuras especializadas como estolones, rizomas o tubérculos sin involucrar reproducción sexual. Cada nueva planta que surge de la planta madre es genéticamente idéntica, formando un clon, y dado que estas plantas hijas se desprenden o separan de la planta madre y establecen nuevos sistemas de raíces, se vuelven independientes y capaces de crecimiento y reproducción indefinidos. Mientras las condiciones ambientales sean favorables, las plantas clonales pueden seguir produciendo descendencia genéticamente idéntica, evitando la necesidad de reproducción sexual y logrando potencialmente una vida útil extremadamente larga.