Por razones que no están claras, alrededor del 5% de los pacientes que reciben un implante cardíaco desarrollan infecciones posoperatorias. Las estrategias preventivas actuales para este tipo de infecciones implican la administración de antibióticos en las horas y días previos a la implantación, pero a veces se producen infecciones a pesar de este enfoque profiláctico.
En 2019, la FDA emitió una advertencia de que el uso de parches de malla absorbibles para ayudar a que el ventrículo izquierdo del corazón se contraiga de manera más eficiente podría estar relacionado con una mayor tasa de infección, lo que llevó a varios grupos de investigación a estudiar esta asociación con más detalle. Ahora, investigadores de la Universidad de California en San Diego han arrojado nueva luz sobre el tema al describir diferencias genéticas que pueden predecir si un paciente tiene más probabilidades de infectarse.
"En general, se supone que todos los estafilococos son malos, pero creemos que hay diferentes tipos de estafilococos, y algunos de ellos tienen más probabilidades de causar problemas que otros", dijo Victor Nizet, investigador del Instituto Médico Howard Hughes que dirige la Escuela Skaggs. del Centro de Farmacia para Inmunidad, Infección e Inflamación de UC San Diego.
En experimentos utilizando modelos de cultivo de tejidos que imitan la configuración de la válvula cardíaca y del dispositivo de asistencia ventricular izquierda, Nizet y su equipo descubrieron que los aislados de estafilococos de pacientes infectados tenían distintas mutaciones y patrones de expresión genética que les permitían adherirse mejor tanto al material de la malla como a la superficie de el dispositivo de contacto con la sangre.
En los pacientes que tenían infecciones del dispositivo cardíaco y S. aureus, el 86% dieron positivo en mutaciones en un gen específico, lukF-PV. En experimentos con ratones, la eliminación de este gen de S. aureus redujo las infecciones en ratones a los que se les implantaron los materiales.
Los investigadores señalan que las mutaciones lukF-PV en el genoma de S. aureus pueden identificarse de forma rápida y rentable mediante un ensayo de PCR.
"Creemos que esto representa el primer ejemplo de cómo las características genéticas de las bacterias infecciosas de un paciente podrían predecir el riesgo de infección y potencialmente ser objeto de prevención o tratamiento", afirmó Nizet.
El equipo cree que sus hallazgos pueden convertirse rápidamente en herramientas de diagnóstico clínico para identificar pacientes de alto riesgo de infección basada en dispositivos y que poco después seguirán terapias dirigidas.
El estudio, "Las mutaciones lukF-PV de S. aureus mejoran la adhesión y la infección de los materiales del dispositivo de asistencia ventricular izquierda", se publicó en la revista Nature Communications el 18 de enero.