Crédito:Unsplash/CC0 Dominio público
Una nueva investigación de la Universidad de Massachusetts Amherst descubre el vínculo negativo entre la capacidad para volar y la capacidad para luchar en las aves. La presión evolutiva exigió que las aves pudieran volar o armarse, pero no ambas cosas. Además, la nueva investigación sugiere que el desarrollo de alas y no de espolones óseos involucró selección tanto sexual como natural. Esta idea nos ayuda a comprender mejor cómo surgió la enorme diversidad de la vida y la tierra.
Los escarabajos lo hacen, los ciervos lo hacen, incluso los cangrejos en el mar lo hacen. Pero los pájaros no. Llevar armas que es. "Es un poco desconcertante", dice João C. T. Menezes, estudiante de posgrado en el Programa de Biología Evolutiva y Orgánica de UMass Amherst y autor principal del nuevo artículo, publicado recientemente en Ecology Letters . "Las aves tienen cantos, plumajes y bailes tan espectaculares, pero en su mayoría no tienen armas especializadas. Es extraño porque bailar, cantar, plumas elegantes y pelear son formas de obtener una pareja con éxito y, a menudo, van juntas".
Para entender por qué, Menezes y su coautor, Alexandre V. Palaoro de la Universidad de Clemson, buscaron dos cosas:una estimación confiable de cuántas especies de aves hacen de hecho llevan armas, y una forma de medir cuánto y qué tan bien vuelan las diferentes especies.
Resulta que, aunque la gran mayoría de las aves van desarmadas, un pequeño porcentaje, el 1,7% sí empaca armas en forma de espolones óseos en las patas. Para medir la aptitud de vuelo de las diferentes especies, los investigadores se basaron en el índice mano-ala, o HWI, un enorme conjunto de datos que evalúa más de 10 000 especies de aves y que permite a los investigadores comparar la eficiencia con la que las diferentes aves alzan el vuelo.
Menezes y su coautor luego compararon los dos conjuntos de datos y encontraron una correlación sorprendente:"los mejores voladores tienden a carecer de espuelas", dice Menezes, "y los luchadores más fuertemente armados tienden a luchar en el aire". Todo lo cual inmediatamente planteó la pregunta, ¿por qué?
Para responder a eso, los investigadores realizaron una serie de simulaciones y modelos, que mostraron que los espolones óseos podrían imponer un alto costo evolutivo. Si bien es cierto que las armas, como el plumaje, el baile y la capacidad de cantar, ayudan a atraer a una pareja y, por lo tanto, son una ventaja en la selección sexual, las espuelas hacen que volar sea una actividad que consume más energía. Aunque es notablemente difícil precisar exactamente cómo esto afectó el curso de la evolución, parece probable que las espuelas reduzcan la capacidad de un individuo para volar rápido, lejos y despegar con facilidad. Aquí es donde debería intervenir la selección natural:las espuelas pueden hacer que las aves sean más propensas a ser devoradas o requieran más comida para satisfacer sus necesidades energéticas diarias, mientras que sus contrapartes sin espuelas pueden escapar, comer menos y vivir para reproducirse otro día.
"Esto ayuda a explicar por qué las aves tienen una increíble variedad de plumaje, canto y baile, mientras que carecen casi por completo del departamento de armamento", dice Menezes.