Un ejemplo bien estudiado de represión genética es el operón lac en bacterias. El operón lac consta de un grupo de genes implicados en el metabolismo de la lactosa. Su expresión está estrechamente regulada por una proteína represora codificada por el gen lacI. Cuando la glucosa es la principal fuente de carbono, el represor lac se une a la región operadora del operón lac, bloqueando la transcripción de los genes implicados en el metabolismo de la lactosa. Sin embargo, cuando se agota la glucosa y la lactosa se convierte en la principal fuente de carbono, la afinidad del represor por el operador disminuye, lo que permite que la ARN polimerasa se una e inicie la transcripción de los genes metabólicos de la lactosa.
Otro mecanismo de represión genética implica la acción de pequeñas moléculas de ARN no codificantes llamadas microARN (miARN). Los miARN regulan la expresión génica uniéndose a secuencias específicas dentro de la región 3' no traducida (UTR) de los ARNm diana. Esta unión impide la traducción del ARNm en proteína o conduce a la degradación del ARNm, silenciando eficazmente el gen. Los miARN desempeñan funciones cruciales en diversos procesos celulares, incluido el desarrollo, la diferenciación y la apoptosis.
En resumen, la represión genética se logra mediante varios mecanismos, incluida la unión de proteínas represoras a regiones operadoras o la acción de miARN. Estos mecanismos garantizan que los genes se expresen sólo cuando sea necesario, lo que permite un control preciso de los procesos celulares y mantiene la homeostasis general de la célula.