E. coli O157:H7 es un patógeno notorio transmitido por los alimentos que puede causar enfermedades gastrointestinales graves, como diarrea con sangre, calambres abdominales y fiebre. Los brotes de E. coli O157:H7 se han relacionado con el consumo de alimentos contaminados, como carne molida poco cocida, leche no pasteurizada y productos frescos.
Las verduras frescas son particularmente vulnerables a la contaminación por E. coli O157:H7 debido a su gran superficie y la presencia de nutrientes que favorecen el crecimiento bacteriano. Los investigadores intentaron comprender los mecanismos moleculares que subyacen a la unión de E. coli O157:H7 a las verduras frescas.
Utilizando microscopía de fuerza atómica, los investigadores visualizaron y cuantificaron las fuerzas de unión entre E. coli O157:H7 y varias verduras frescas, incluidas lechuga, espinacas y tomates. Observaron que las células de E. coli O157:H7 exhibían una fuerte adhesión a las superficies de los tres vegetales, siendo la lechuga la que mostraba el mayor nivel de unión.
Un análisis más detallado reveló que la unión de E. coli O157:H7 a vegetales frescos estaba mediada por varios factores, incluida la presencia de proteínas y polisacáridos específicos en la superficie de las células bacterianas y la topografía de las superficies vegetales. Los investigadores identificaron varias proteínas clave involucradas en el proceso de adhesión, incluidas fimbrias, curli y celulosa.
Sus hallazgos sugieren que la adhesión de E. coli O157:H7 a vegetales frescos es un proceso complejo influenciado por múltiples factores. Este conocimiento podría ayudar en el desarrollo de intervenciones específicas para reducir la contaminación de vegetales frescos por este patógeno dañino, mejorando así la seguridad alimentaria y previniendo brotes transmitidos por los alimentos.
En conclusión, esta investigación proporciona información valiosa sobre los mecanismos moleculares de la unión de E. coli O157:H7 a vegetales frescos. Al comprender estos mecanismos, los científicos pueden desarrollar estrategias más efectivas para prevenir la contaminación y mejorar la seguridad alimentaria, reduciendo en última instancia el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos causadas por esta bacteria patógena.