1. Aumento de la temperatura del mar:Las estrellas de mar son sensibles a los cambios en la temperatura del agua. Muchas especies prosperan dentro de un rango de temperatura específico, que varía según la región y la especie. La exposición prolongada a temperaturas superiores a las óptimas, como resultado del cambio climático, puede provocar estrés por calor, problemas de reproducción y aumento del gasto energético. Esto puede reducir sus posibilidades de supervivencia y éxito reproductivo.
2. Acidificación de los océanos:La acidificación de los océanos es otra consecuencia del cambio climático, causada por la mayor absorción de dióxido de carbono de la atmósfera por el agua de mar. A medida que el océano se vuelve más ácido, disminuye la disponibilidad de iones carbonato, que son esenciales para la construcción de estructuras esqueléticas. Esto puede afectar negativamente el crecimiento, desarrollo y supervivencia de las estrellas de mar, especialmente durante las primeras etapas de su vida, cuando están formando sus esqueletos.
3. Vulnerabilidad a las enfermedades:Los factores estresantes inducidos por el cambio climático, como el aumento de la temperatura del mar y la acidificación de los océanos, también pueden debilitar el sistema inmunológico de las estrellas de mar, haciéndolas más vulnerables a las enfermedades. Esto puede provocar un aumento de las infecciones, epidemias y, en última instancia, una mayor disminución de las poblaciones de estrellas de mar.
Si bien el cambio climático está implicado como un factor importante que contribuye al declive de las estrellas de mar, es importante señalar que otros factores como la sobrepesca, la contaminación y la pérdida de hábitat también influyen. Comprender y abordar las complejas interacciones entre estos factores es esencial para desarrollar estrategias de conservación efectivas para proteger las estrellas de mar y apoyar ecosistemas marinos saludables.